He vuelto de Madrid hecha trizas, pero encantada. En realidad, cada vez que voy a la Blogger Lit Con sé que voy a volver a casa con un cosquilleo en el estómago y dos días brutales a mis espaldas. Pero claro, este año ha sido especial: en esta edición no solo he asistido en calidad de bloguera y lectora, sino que también he participado como autora. Pensarlo es... raro. Raro en el buen sentido. Supongo que todavía no me he acostumbrado a la idea de que ha ocurrido de verdad (y, de hecho, me sigue saliendo la sonrisa idiota cuando me acuerdo).
Sí, algo así. |
Vengo con una (espero, pero no prometo nada) breve crónica del último fin de semana en la Feria del Libro de Madrid. Aquí la tenéis, organizada por días y, como de costumbre, ilustrada con algunas fotos:
Viernes 5 de junio: Pre-Blogger Lit Con
El viernes por la mañana llegué a Madrid con mi equipaje a cuestas, ilusionada y con ganas de pasarlo bien. Llevaba unos cuantos Ontromus y otros cuantos Rebelión 20.06.19 en la maleta; este año Triskel no tenía caseta en la feria, así que llevé algunos desde Sevilla por si alguien quería comprar un ejemplar. Soltamos las cosas, descansamos un poco y, hacia las 5 de la tarde, pusimos rumbo a la estación de metro de Antón Martín, el punto de encuentro para los que fuesen a asistir a la pre-quedada.
Para los que no estén muy puestos en el tema BLC, os explico: la pre-quedada es un evento que se celebra siempre la tarde anterior a la quedada (siempre se organiza un viernes, puesto que la BLC en sí se deja para todo el día del sábado). Al contrario de lo que pasa con la quedada en sí, no hay un plan fijo para todos los años; normalmente se va adaptando a los eventos literarios que tengan lugar esa tarde. En este caso, la editorial Puck había organizado una pequeña fiesta para presentarnos sus novedades. La verdad es que los asistentes no teníamos mucha más información que esa, así que yo iba con bastante intriga respecto a lo que nos íbamos a encontrar.
Una vez llegamos a la parada y nos sumergimos en la muchedumbre, empezamos a saludar a conocidos de otros años y a charlar con otros blogueros que no conocíamos. Pronto nos reunimos un buen montón de gente; de hecho, los transeúntes se quedaban mirando con cara de alucinados (¡Y eso que hoy no llevamos "uniforme" como mañana!, pensaba yo).
Cuando ya transcurrió una media hora de cortesía, nos dejamos guiar por los organizadores de la quedada, los cuales nos llevaron hasta un local situado en... bueno, en alguna calle de las inmediaciones. No le preguntéis a la forastera con orientación -10. Allí estuvimos un buen rato esperando en la cola bajo un sol infernal, rezando al dios que nos pillase más cerca para que abriesen de una vez el chiringuito. Por cierto, alguna señora mayor se acercó para preguntarnos si estábamos esperando para entrar a una discoteca. A las 6 de la tarde. Diga que sí, señora, con ganas de fiesta desde la hora del té.
Cuando al fin abrieron las puertas del local, fuimos entrando en fila. Lo gracioso es que al final sí que terminó pareciendo que entrábamos en una discoteca de las selectas: al pasar nos preguntaban el nombre, comprobaban si estábamos en la lista y nos ponían un sello en la mano. Una vez dentro, nos encontramos con una tentadora mesa llena de canapés y bebidas y un espacio bastante amplio donde campar a tus anchas. Mientras merendábamos, una de las responsables de ediciones Puck nos presentó las novedades editoriales. Organizaron sorteos de libros y otros premios mientras una dulce Hypatia Pétriz nos ofrecía un concierto en acústico. Fue una tarde divertida, ¡y al salir del local nos regalaron una taza! Ahora mismo la tengo haciéndole compañía a mi taza de Targaryen y a una que tiene pintada un bacteriófago muy mono. Una colección pequeña, pero dadle tiempo.
Después de la fiesta, algunos de los asistentes nos fuimos a dar una vuelta por la Feria del Libro. Nunca me cansaré de esa feria. ¿Una hilera infinita de casetas llenas de libros? ¿Quién da más? Ah, y por un casual vimos a Pepe Viyuela firmando en una de ellas.
Esta fue, en resumidas cuentas, la tarde del viernes. Ahora, pasamos al día importante:
Sábado 6 de junio: BLC y charla de autores "Triskelianos"
He de señalar que, desde la tarde anterior, estaba muerta de los nervios pensando en la charla del sábado. Llevaba mucho tiempo planeando y organizándolo todo y me daba miedo que algo saliese mal. Pero supongo que el espíritu positivo se contagia; en cuanto llegamos esa mañana a la esquina de El Retiro frente a la Puerta de Alcalá y vi a la gran marea de gente vestida de blanco y naranja (los colores oficiales de la quedada) charlando animadamente y abrazándose unos a otros, me di cuenta de que era una bobada dejarse llevar por los nervios y olvidarse de disfrutar.
Así que, con la maleta bien agarrada, nos adentramos en la multitud en busca de nuestros conocidos. Estuvimos repartiendo marcapáginas de los Cuentos Raros para Ratos Muertos y también algunas papeletas para el sorteo que realizaríamos después de la charla. Acabé con más marcapáginas de los que partí, pues en cuanto dabas uno la gente te daba 3 de los suyos. ¡He acabado con un taco enorme! Y muchos tienen un diseño alucinante. La gente se lo curra un montón.
En medio de aquel revuelo, recibí un aviso de Javier Miró, pues ya había llegado al sitio pero no había manera de encontrarnos. He de mencionar que no nos conocíamos en persona, lo cual dificultaba un poco la misión de localizarnos mutuamente; había como 600 personas allí, sin exagerar. Pero, por suerte, al final conseguimos coincidir en el mismo punto y ultimar los detalles de la charla.
Los organizadores nos dieron el aviso de que el evento iba a comenzar. Nos dieron la bienvenida, hicieron una breve presentación y, acto seguido, se dispusieron a repartir los programas. ¡Qué ilusión me hizo ver que aparecíamos en él!
Después, se procedió a hacer la tradicional foto grupal. Sí, de las 600 personas. Sí, en una misma foto. Sí, se puede.
Yo estoy ahí, os lo juro. |
Y, después de esto, pusimos rumbo a la parte trasera de las casetas 64-65, donde daríamos nuestra charla a las 11:30. La verdad, yo me estaba temiendo que, al ser la primera charla del programa, la gente preferiría ir a darse un paseo por la feria y no íbamos a tener demasiado público. Por eso casi se me cayó la mandíbula al suelo cuando llegamos un rato antes de la hora y vimos que ya había un buen puñado de gente sentada en el lugar, esperando. ¡La cosa prometía!
Javi y yo nos acomodamos en el sitio y esperamos un rato para que fuesen llegando los bloggeros que pudieran haberse retrasado un poco. Después, Rocy y Hermochi (miembros de la organización de la BLC) nos presentaron y dieron comienzo a la charla. Después de los agradecimientos, explicamos cómo funcionaba el sorteo de libros que habíamos preparado: se sortearía un Ontromus y un Rebelión 20.6.19, y para ello habría que participar con unas papeletas que habíamos traído, en las cuales habría que completar una frase a modo de "microcuento". La papeleta de Ontromus decía: "No importaba a dónde fuese; siempre sentía que me estaba observando...", y en la de Rebelión ponía: "Si hay una rebelión, lo primero que haré será...". Lo gracioso es que, al contrario de lo previsto, las papeletas se nos acabaron en seguida, por lo que tuvimos que improvisar y permitir que quienes no tuvieran papelito pudieran participar simplemente echando una papeleta con su nombre en la urna. Cosas del directo.
Foto tomada por Chibiaka, de "Chibiaka's World" (¡a la que conocí en persona! Un abrazo, y otro para Gema :P) |
Lo cierto es que nosotros habíamos preparado una charla sobre autores noveles de género; pero, al leer el programa, vimos que salía anunciada como "charla de fantasía". Por tanto, para no defraudar demasiado a la gente que había acudido para oir una charla de fantaría, pasamos un poco más de puntillas por el tema del autor novel y nos centramos más en los géneros literarios; no sólo hablamos de fantasía, sino también de ciencia ficción y terror. ¿Y sabéis qué? Considero que, a pesar de lo que uno pueda pensar, el hecho de que nos saltásemos el guión que traíamos preparado sólo mejoró el coloquio: hizo que todo fuese más natural, incluso que nosotros mismos estuviésemos más cómodos. También ayuda que Javi sea un fenómeno y supiera llevar muy bien la situación, pero vosotros me entendéis. Y fue una delicia ver cómo la gente se animaba a participar, a dar su opinión y a comentar temas nuevos que se iban abriendo camino en una charla que se me hizo muy agradable. Al final acabamos hablando sobre el auge de los distintos géneros, sobre las modas literarias (y las no tan literarias, que también tienen influencia en este mundillo), las cubiertas + sinopsis y su concordancia con la temática del libro en sí, los tópicos y hasta qué punto son positivos o negativos en una historia...
Cuando se nos acabó el tiempo (¡si no, hubiéramos seguido hablando como cotorras!), dimos paso al sorteo de los libros y de algunos regalitos sobre Ontromus que tenía preparados. El tema de los microcuentos que recibimos da para otro post del blog: de hecho, lo habrá. Ya veréis.
Al terminar del todo y despedirnos de los asistentes, nos apartamos un poco del lugar para dejar paso a la siguiente charla del programa. Y lo mejor es que hubo gente que se acercó para seguir charlando. De verdad, no hay nada mejor que un montón de gente deseando charlar sobre literatura. Aprendí muchas cosas ese día.
Cuando la cosa se despejó un poco, el público se dispersó para continuar su rumbo en las actividades de la quedada. Yo me quedé a la siguiente charla, de la escritora María Martínez sobre su novela Cruzando los límites (¡me tocó un ejemplar en el sorteo que hicieron!). Después, nos dedicamos a dar otro largo paseo por las casetas antes de la hora de la comida, tras la cual tuvieron lugar los juegos.
Estos juegos son el punto álgido de la BLC: se realizan todos los años a modo de gymkana por equipos, de modo que hay que hacer diferentes pruebas relacionadas con el mundo de la literatura juvenil (trivial, pasapalabra, qué tengo en el coco...). Es muy divertido. Y lo mejor es que mi equipo, el número 11, quedó clasificado, ¡y nos llevamos libros de regalo!
Después de los juegos y las votaciones (miss y mister blogger 2015, mejor blog, bloguero más constante y otras categorías), decidimos tomarnos el resto de la tarde con más tranquilidad y pasarnos a ver a los autores que firmaban. Nuestro principal fichaje fue Alfredo Gómez Cerdá. Amalia, Amelia y Emilia es uno de los libros que más leí en mi infancia, pues me encantaba la historia de estas tres brujitas. Así que mi hermana y yo nos plantamos en su caseta con el libro por delante, tal cual, contándole nuestras batallitas con la novela de cuando éramos niñas. No sé si Alfredo nos tomaría por locas o ya estará acostumbrado a este tipo de asaltos, pero fue muy amable y nos dedicó el libro a las dos. ¡Qué ilu!
¡Si es que son adorables! No tengo foto de la firma, pero por lo menos os enseño la portada. |
Aparte de eso, también nos dedicamos a saquear vilmente la caseta de Generación X, que tenía cosas demasiado suculentas para dejarlas allí desamparadas. Al final de la tarde nos dedicamos a algo que era demasiado idóneo y obvio para marcharnos de allí sin hacerlo: ¡leer un ratito en el césped del Retiro! Una lectura en voz alta, como en las ocasiones especiales.
Y así concluyó aquel día agotador pero fantástico; habiéndome reencontrado con amigos de otros años, con nuevos conocidos la mar de majos, con personas a las que conocía de las redes sociales y a las que por fin puedo poner cara, llevándome kilos de libros nuevos (un par de ellos firmados) y una pila enorme de marcapáginas originales, con unos cuantos Ontromus y Rebelión vendidos, muchas risas echadas y la satisfacción de que la charla hubiese ido tan bien. Impagable. Mil gracias a todos, de verdad.
¿Veis por qué no quería prometer que la crónica iba a ser breve? Y que conste que me he contenido.
Así que hasta aquí el post. Como dije antes, pronto dedicaré una entrada al tema de las papeletas del sorteo. Va a ser divertido :)
Y hasta entonces... ¡un abrazo!
Celia.